31.12.08

el tiempo y el amor


la unica vez que me fui de vacaciones con una mujer, en el verano de 2006, nuestra relacion se asomaba al abismo. yo ya lo sabia entonces, pero ella no.

elegimos un destino cercano y acccesible: merlo, san luis. paramos en una hosteria modesta, de nombre pretencioso: posada del tiempo y el amor.

de aquel viaje, recuerdo

-que no habia habitacion con cama doble, y tuvimos que juntar dos de una plaza;
-que me incomodaba recostarme sobre las piedritas a tomar sol y refrescarme en minusculos charquitos de arroyo;
-que discutimos antes, durante y despues;
-que llovio bastante;
-que lei un libro maravilloso: bar del infierno, de dolina;
-que hicimos una excursion a sierra de las quijadas;
-que alquilamos bicis y en la primera pendiente en subida, me quede sin fuerzas para pedalear;
-que tuve sexo sin humor;
-que comimos unas tortas apoteoticas en la casa de te el angel azul;
-que perdimos 20 pesos en las maquinitas del casino flamingo.

la fallida travesia duro una semana.

al volver, barbara subio las fotos a internet. un par de meses despues, ni bien la deje, borro del album aquellas en las cuales yo aparecia. las demas siguen publicadas, como la del arco iris que abre este post.

en una foto se la ve a ella parada frente a la la posada. debajo de la imagen, el epigrafe evoca un desenlace infeliz: "el tiempo y el amor... que se nos fueron".

30.12.08

vacaciones

veredas de copacabana

dicen los sabios orientales que la vida queda aqui y ahora.

que el estres es la oscilacion enfermiza de la mente entre pasado y futuro. que no hay incertidumbre ni ansiedad en el presente. que jamas debe atormentarnos lo que fue, porque fue. ni debe preocuparnos lo que vendra, porque aun no vino.

permitanme contradecir, por una vez, a los gurues de la espiritualidad, el yoga y la respiracion. la felicidad consiste, señores, en el recuerdo del sabor de ese shawarma que degustamos en el mercado de tel aviv una tarde soleada de un año atras. la dicha absoluta, les juro, se alcanza al evocar ese tramo entre rivera y macachin, que recorrimos de madrugada por una ruta oscura, mientras bebiamos sidra barata en vasos de plastico.

los viajes que emprendimos, no importa cuan largos ni remotos, son la fuente maxima de la que disponemos para sacarle lustre a nuestra alma. y los viajes que esperan, sin dudas, adquieren aun mayor trascendencia que aquellos: justifican -nada menos- el hecho de que merezcamos existir todavia un tiempo mas.

a partir de lo expuesto, entonces, me atreveria a desafiar aquel precepto basico de la filosofia zen, para plantear la tesis opuesta: en el presente no hay nada mas que puro absurdo. el sentido esta en perspectiva. la felicidad es un colchon de memorias dulces y un cielo de proyectos mundanos.

estoy afirmando, basicamente, que hemos venido al mundo para tomarnos vacaciones.

las vacaciones -bien lo saben quienes leyeron las anteriores versiones de EQNS!- duran mas que un fin de semana largo, 15 dias o un mes: empiezan cuando se planifican, y no terminan nunca. nos ayudan, de paso, a desandar el camino hacia fin de año, cuando los pies ya pesan y nada nos motiva mas que el hecho de que cada dia falte un dia menos para el dolce far niente.

(notese que he hablado aqui de dos conceptos parecidos, pero diferentes: puede haber vacaciones sin viajes -no por ello menos reparadoras ni placenteras-, y viajes fuera del periodo de vacaciones -desde una escapada de feriado hasta el cotidiano trayecto en el subte, el bondi o el tren-. tanto unas como otros aportan conocimiento, paz, equilibrio y riqueza, pero la combinacion de ambos resulta embriagadoramente perfecta.)

saque un pasaje de avion buenos aires-rio de janeiro para el 7 de marzo. ergo -diria petit-, ya estoy de vacaciones y estoy de viaje. aqui y ahora.

al final, los chinos y los hindues tenian razon.