tartaruga en colores.completamos el primer tramo del viaje con otro dia de playa(s). arrancamos en tartaruga, mansa y libre de multitudes. y cerramos el circulo ahi donde lo abrimos cuatro dias antes: en ferradura, nuestra base de operaciones.
por naturaleza, servicios e infraestructura, buzios se revela como un destino flexible, capaz de complacer -pongamos el ejemplo uruguayo- al que veranea en punta del este y al que prefiere la pedrera o la paloma. ahi, en ese genuino caracter multitarget radica, quizas, su mayor virtud.
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pasamos por la plaza para despedirnos de rogerio y terminamos llevandonos el paisaje que, con asombrosa destreza, estampa en apenas cinco minutos sobre un azulejo, sin mas herramientas que su dedo menor. despues, esquivamos las luces y los precios imposibles de la orla bardot para recalar en un modesto restoran de argentinos, donde nos sacamos las ganas de camarones fritos y tomamos itaipava, la cenicienta de las cervezas brasileñas.
de pronto, escuchamos a lo lejos ruido de fuegos artificiales; el estruendo se repite a los pocos segundos. preguntamos que se festeja y el dueño del lugar nos desasna: son los narcos de los suburbios anunciando, en clave pirotecnica, que han reabastecido de maconha a la ciudad.
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