elegir (dia 0)

idea fija (almagro, viernes 10 am).

a veces, la necesidad de elegir agobia. otras, entusiasma. y algunas (pocas), paraliza.

hace mas de un año, elegi hacer un viaje en el cual personas que desconocia elegirian casi todo por mi: la fecha, el itinerario, los acompañantes, el hospedaje y hasta cuestiones tan cotidianas como la hora en la que me despertaria o el menu de mis cenas y almuerzos.

aquello tenia sus encantos: la sorpresa de no saber a donde me llevarian al dia siguiente, la comodidad de no lidiar con vendedores de excursiones ni conserjes de hoteles, el placer de que me agasajaran sin merecerlo, la curiosidad por descubrir quienes eran esos extraños que compartian mi mesa. y, por que no, cierto goce de saberme dependiente, sometido a los caprichos de mis circunstanciales tutores, despreocupado, preso y sin embargo libre -corrijo: y por lo tanto libre- de la responsabilidad de conducir mi destino. como cuando era un chico, pero a mis 26.

dentro de unas horas emprendo -emprendemos- un viaje nuevo. esta vez, las decisiones mas importantes corren, absolutamente, por nuestra cuenta. no hay madrijim, actividades pautadas de antemano ni horarios que cumplir. tampoco agentes de turismo ni paquetes cerrados. apenas un pasaje a rio, un recorrido tentativo, un borrador con mil recomendaciones y datos. (recuerden amputarme ambas manos si escribo "y una valija llena de sueños": the horror!) y una valija que guarda, entre otros, los siguientes elementos:

-sunga reglamentaria (y un par de medias para rellenarla).
-protector solar factor 40 (si vuelvo blanco, ya saben).
-la insorportable levedad del ser (he decidido arruinarme las vacaciones con lecturas que hurgan en el sinsentido de la vida).
-paletas (de madera de dudosa calidad: 8 pesos el par + la pelotita en polirrubro del once).
-miedos (los indispensables).
-repelente de miedos.
-pilotin (en ilha grande hay semanas en las que llueve 8 de cada 7 dias).

esto de elegirlo todo tambien tiene sus pro.

hasta la vuelta.