1.3.09

billetes


histeria de mercados alterados: en el microcentro, las cotizaciones suben y bajan en cuestion de minutos, como en los viejos malos tiempos. la gente salta de una cola a otra en busca del mostrador donde su plata valga mas. los fotografos atrapan la imagen que mañana ilustrara titulares redundantes sobre la escalada del dolar.

es mediodia y la legion de oficinistas camina freneticamente rumbo a su almuerzo o su trampa. las veredas se angostan todavia mas, los motoqueros vuelan con mensajes urgentes. y la pizarra de la casa de cambio donde aguardo para canjear mis pesos anuncia, justo cuando estan por atenderme, que cada real ahora cuesta dos centavos mas (consuelo: subira otros cuatro un rato despues).

una mujer discute con un empleado que se niega a venderle porque su dni luce ilegible. un joven aspirante a garca desoye las advertencias del guardia que le recuerda la prohibicion de hablar por celular. la vieja de la caja sella mi ticket con un golpe seco, estruendoso. parece enojada con la vida: quizas le reproche haberla condenado a pasar sus dias en la infernal esquina de sarmiento y san martin.

llego a casa y recuento los billetes. todos de 50, con el rostro femenino que simboliza a la republica en el frente (junto a una leyenda de alabanza a dios), y un jaguar en el dorso. los de otros valores, segun leo en el blog de un enfermito del asunto, son iguales por delante -en diferentes colores- y cambian de animalito autoctono atras.

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las monedas y los billetes dicen mucho del pais que los emite. colores, nombres, antiguedad, origenes, tipografias, tamaños, mecanismos antifalsificacion y -claro- las figuras que aparecen en ellos permiten inferir ciertos rasgos sobre la cultura, la historia y la idiosincrasia de cada lugar.

creo que los reales tienen onda y celebro la ausencia de proceres en su diseño. para los nostalgicos de la convertibilidad (brasil tambien tuvo su uno a uno en los 90), un wikidato: en pleno efecto tequila, marzo del 95, el real llego a valer mas que el dolar.

eran otros tiempos, otros mercados, otro mundo y otra histeria.

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