bienvenida. algunos aeropuertos, rutas, barcos y estaciones de tren ostentan el raro privilegio de convertirse en atractivos turisticos en si mismos. refuerzan, asi, la romantica idea de que lo mas valioso no esta en el destino, sino en el camino.
para el viajero que toma la autovia 2, atalaya adquiere dicha condicion. poco importa, a esta altura, si sus medialunas justifican la fama ganada o si cualquier panaderia de barrio las iguala. en todo rincon legendario, llega un momento en que el ritual simbolico desplaza a la experiencia sensorial como fuente primaria de goce. algo de eso ocurre en este clasico parador de chascomus.
su pagina web, con precario diseño noventoso y textos de sintaxis dudosa, relata vagamente la historia de un lugar de visita insoslayable por su caracter mitologico. el sitio virtual tambien merece visitarse, por parrafos como el que sigue:
Es tanto el prestigio que ha alcanzado el Atalaya que entre sus clientes ha recibido a: Carlitos Jr., Patricia Sosa, Graciela Borges, Alejandra Pradón, Adrián Suar, Diego Maradona, Pepe Iglesias y Antonio Carrizo. Entre sus anécdotas se halla una que cuenta la llegada de un grupo de visitantes que aterrizaron en helicóptero en el playón del Atalaya, quienes desayunaron y probaron las famosas medialunas antes de seguir su viaje.
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a 35 kilometros de tandil, la kangoo roja de lubi -colgado incorregible- agota su reserva de combustible. ensayamos la parabolica humana para recuperar la señal del celular y pedir auxilio a padre & madre, que no tardan en llegar con los bidones salvadores.
deduzco del episodio una moraleja psi acerca de la tension irresuelta entre el impulso de independencia y la imposibilidad (corolario de un deseo oculto) de tomar por completo el control de nuestras vidas. la evidencia apoya mi analisis: transitamos solos casi todo el trayecto, pero nos quedamos sin nafta y debemos recurrir al socorro paterno en el tramo final.
mi hermana descalifica, por rebuscada y arbitraria, tal interpretacion.
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el corazon de la sierra, encantador complejo de cabañas, nos recibe con cerveza artesanal quarryman para el brindis de bienvenida. los anfitriones despliegan una amabilidad nada impostada. la calidez en la atencion al huesped brota con naturalidad por estos pagos: no requiere de falsas sonrisas ni de magicas formulas de marketing turistico.
tras el chapoteo iniciatico en la pileta y la siesta que compensa el madrugon, emprendemos -mapa en mano- un breve reconocimiento del terreno. cruzamos el arco de entrada al parque independencia, subimos hasta el castillo morisco, le rezamos al cristo del monte calvario y pegamos la vuelta para encender el fuego del asado.
la sobremesa se consume en un desafio a la podrida, juego de naipes que subvierte el primer mandamiento ludico: aqui, por momentos, el participante debe perseguir su propia derrota en pos de la anhelada victoria final.
tardo en entender las reglas y cosecho un indecoroso ultimo puesto.
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