¿de dios?

¿Río sin 'meninos da rua'?, se pregunta -desde el titulo- un articulo publicado por el diario el pais de madrid en su edicion de hoy. la nota da cuenta de la cruzada del alcalde carioca para "para eliminar la ocupación ilegal de suelo público y sacar de la calle a las personas sin hogar".

apenas un par de dias antes, el gobierno estadual habia anunciado que levantara un muro para contener el avance de una favela en el barrio de botafogo.

pese a que la bonanza economica de los años recientes ayudo a reducir bastante la pobreza en brasil, su capital turistica conserva un nutrido ejercito de excluidos del sistema, confinados en las populosas villas como ciudad de dios (arriba, el trailer de la pelicula homonima: emblema, con su estetica de videoclip, de la marginalidad espectacularizada) o rocinha. el turista, sin embargo, casi no interactua con ellos, salvo que sea victima de un asalto o que participe de una de esas macabras excursiones a las favelas, donde se expone (con poco altruistas fines de lucro) el show de la miseria.

ahora, como revelan las ultimas noticias, las autoridades buscan seguir barriendo el polvo bajo las bajo la tupida vegetacion de los morros, para que nada opaque el brillo de la cidade maravilhosa. menos cuando ella debe lucir radiante si aspira a conquistar la sede de los juegos olimpicos 2016.

el dualismo entre opulencia y marginalidad configura un drama tipico de latinoamerica; y en rio gana nitidez por lo grosero de la brecha economica y por la belleza de un entorno natural donde se potencian los contrastes. cada vez mas, el poder intenta dividir geografica y culturalmente ambos polos y evitar lo inevitable (su atraccion), en un fenomeno posmoderno al que ninguna gran urbe de la region escapa; analizado ya hasta el hartazgo -con mayor detalle y rigor que aqui- por prestigiosos sociologos y antropologos.

el viajero, entonces, disfrutara de su descanso bajo el sol carioca ajeno a esa otra realidad que -muros y "limpieza de homeless" mediante- sus ojos casi ni percibiran, sino mediatizada por la lente hollywodense. aprovechando la cotizacion en baja de sentimientos como la misericordia y la culpa, le bastara con arrojar alguna limosna y redactar un post diplomaticamente correcto para aliviar la bronca que amenaza con estorbar su goce.