blanco & negro. destino habitual de las escapadas de fin de semana para cariocas y paulistas, paraty luce este sabado bastante mas bulliciosa y activa que en la vispera. la musica suena en las calles, los vendedores de chucherias se multiplican y hasta aparecen algunos meninos da rua dispuestos a rogar por las limosnas del turista.
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tomamos el bondi de las 11 a trindade, pequeña aldea de pescadores proxima al limite con el estado de sao paulo. alli, en la praia do meio, volvemos a batir nuestro record con las paletas (dando la ventaja de jugar con una de ellas quebrada!) y superamos con holgura la barrera psicologica de los 50 golpes, hecho que nos provoca el reconfortante alivio del deber cumplido (?).
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ademas de revelar sus dotes de eximia paletera, pupu se ha consagrado como una solida interprete y traductora del ingles al portugues... aun sin manejar fluidamente ni uno ni el otro.
la invito, ahora, a un desafio final: el de cruzar la pesada trilha hacia la playa lindera de cachadaco (a la cual sucede otro luminoso sendero, que conduce a las piscinas naturales del mismo nombre). pero esta vez, agobiada por una gripe que la tiene a maltraer, declina el convite.
quedo solo, entonces, frente al resbaladizo y empinado reto de la trilha. imagino que, quizas, varios de los que entraron a ella nunca salieron para contarlo. y por un segundo me siento atreyu en la historia sin fin, librando mi propia batalla por salvar a la tierra de fantasia del vertiginoso avance de la nada.
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