batucada.
en el trayecto de rio a angra entendemos por que la empresa de omnibus se llama costa verde. abriendose paso entre la vegetacion exuberante de los morros, el micro nos deja a minutos del puerto donde tomaremos el barco hasta ilha grande (o "la isla de lost").
escoltados por un grupo de delfinhos (que el chino de al lado intenta fotografiar desde todos los angulos posibles) y bajo un diluvio torrencial, navegamos una hora y media hasta la villa de abrao. arrastrando mi valija con rueditas por las calles embarradas, me pregunto -demasiado tarde ya- por que no habre venido con mochila.
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mordemos el anzuelo de la velho guerreiro, la posada del horror, tentados por la tarifa amable (80 reales). a pesar del olor nauseabundo, la precaria conexion electrica del ventilador, las hormigas del desayuno, las sabanas sucias y la manija de la puerta floja (entre otros detalles de categoria), con el correr de los dias le iremos tomando cariño.
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el jugo de hoy: goiaba con pessego. el postre: una especie de masita de coco quemado con leche condensada, en el puesto de dulces que esta frente a la iglesia.
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completamos la caminata de reconocimiento y, antes de dormir, paramos un rato a escuchar la improvisada batucada que se armo junto al muelle.
entre los argentinos (al menos entre los porteños), la ronda de cerveza & amigos suele ser sinonimo de charla: conversar es nuestro mejor deporte. los brasileños, en cambio, se conectan de una forma distinta. hablan con la musica que brota de sus poros.
2.4.09
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